Sacado de
La moviola digital
Interesantisimo y diciendo verdades grandes sobre como se ve nuestra figura, la del editor, estoy harto de escuchar eso de "¿tu cortas y pegas no?". Por favor, informarse un poquito no viene mal
El editor plantea la estructura última, el ritmo, la narratividad de un discurso audiovisual...¡JODER!
Os dejo con el articulo:
Tenía hace años un amigo de los EEUU que vivía en España.
Siempre me preguntaba con mucho interés por el montaje. Yo le explicaba en qué consistía el proceso de montaje, y aunque su castellano todavía no era muy bueno, parecía entenderlo.
Así pasaron casi dos años, y un buen día me dijo que le había gustado mucho un montaje mío.
Yo le pregunté qué le había gustado. Y el empezó a hablarme de... los decorados... Sí. Todo aquel tiempo el había creído que yo era el que construía, o montaba, los decorados. La culpa no era suya, porque en las zonas anglo-parlantes no dicen montaje, sino edición, y los montadores no son montadores, sino editores... Pero sigue sin ser fácil, porque tiempo después entablé amistad con otra anglo-parlante, esta vez inglesa, y cuando le dije que yo era editor, ella, con mucha lógica, me preguntó para qué editorial trabajaba y si había descubierto algún nuevo talento. Los montadores somos unos grandes desconocidos. Se nos ve poco en la preproducción y los rodajes. Todo el mundo sabe lo que hace un guionista o un director. Todos se hacen una idea de la labor de un directo de fotografía o un productor. Pero pocos saben en qué consiste el montaje. De vez en cuando algún conocido me lo pregunta. Explicarlo no es fácil, porque primero hay que explicar cómo se ruedan las películas. Mucha gente cree que cuando ven en una película una secuencia de cinco planos, el director ha rodado el trocito que ven del primero, y después el trocito que ven del segundo, y así sucesivamente. Uno intenta aclararlo como puede, hablando de la construcción fílmica, la elección de las tomas, la duración y el orden de los planos, el ritmo, la secuenciación, el montaje como última reescritura del guión... Al final da igual, porque cuando lo entienden, alcanzan su propia conclusión: !Ah! ¡Tú eres el que lo pone todo junto! ¿No? Y unos segundos después, les asalta la siguiente duda: Pero al final ahí... el que manda es el director, ¿no? Si a esta problemática le añadimos diferencias lingüísticas, la cosa empeora, como hemos visto... Dan ganas de rendirse. Se explique como se explique, al final siempre parece que el montaje es menos importante de lo que es...
Y el comentario al respecto de uno de sus lectores...aun mas esclarecedor...
Siempre me preguntaba con mucho interés por el montaje. Yo le explicaba en qué consistía el proceso de montaje, y aunque su castellano todavía no era muy bueno, parecía entenderlo.
Así pasaron casi dos años, y un buen día me dijo que le había gustado mucho un montaje mío.
Yo le pregunté qué le había gustado. Y el empezó a hablarme de... los decorados... Sí. Todo aquel tiempo el había creído que yo era el que construía, o montaba, los decorados. La culpa no era suya, porque en las zonas anglo-parlantes no dicen montaje, sino edición, y los montadores no son montadores, sino editores... Pero sigue sin ser fácil, porque tiempo después entablé amistad con otra anglo-parlante, esta vez inglesa, y cuando le dije que yo era editor, ella, con mucha lógica, me preguntó para qué editorial trabajaba y si había descubierto algún nuevo talento. Los montadores somos unos grandes desconocidos. Se nos ve poco en la preproducción y los rodajes. Todo el mundo sabe lo que hace un guionista o un director. Todos se hacen una idea de la labor de un directo de fotografía o un productor. Pero pocos saben en qué consiste el montaje. De vez en cuando algún conocido me lo pregunta. Explicarlo no es fácil, porque primero hay que explicar cómo se ruedan las películas. Mucha gente cree que cuando ven en una película una secuencia de cinco planos, el director ha rodado el trocito que ven del primero, y después el trocito que ven del segundo, y así sucesivamente. Uno intenta aclararlo como puede, hablando de la construcción fílmica, la elección de las tomas, la duración y el orden de los planos, el ritmo, la secuenciación, el montaje como última reescritura del guión... Al final da igual, porque cuando lo entienden, alcanzan su propia conclusión: !Ah! ¡Tú eres el que lo pone todo junto! ¿No? Y unos segundos después, les asalta la siguiente duda: Pero al final ahí... el que manda es el director, ¿no? Si a esta problemática le añadimos diferencias lingüísticas, la cosa empeora, como hemos visto... Dan ganas de rendirse. Se explique como se explique, al final siempre parece que el montaje es menos importante de lo que es...
Y el comentario al respecto de uno de sus lectores...aun mas esclarecedor...
Tópicos sobre montadores...
Si bien para el gran público los montadores o editores son ciertamente unos grandes desconocidos, ¿qué hay del "público" iniciado? Es decir, la gente del mundillo... ¿Cómo ven a los montadores?
De entre los que yo conozco, he podido observar algunas peculiaridades, buen material para un decálogo de tópicos que por ahora no son más que un par de puntos...
1.Mudicie o verborrea.
El montador es un sujeto sin término medio. Eso le hace interesante, a la vez que aparatoso... En temas comunicativos, o apenas habla, más que en la relajada intimidad del montaje, o no para, y el que responde a este segundo perfil le suele además gustar hacer chistes intermitentes -unos menos graciosos que otros...-.
Entre los que apenas hablan, están los amables y luego están los secos, los semisecos y los muy secos, que como el queso, pican más o menos a la hora de currar con o cerca de ellos.
Entre los habladores hay algunos verdaderamente extrovertidos, y son estos los más valiosos para acuñar las excepciones de confirmación de la regla.
¡No todos los montadores son tímidos!
2. Solos o acompañados
Me gustan los montadores que odian a los directores. Los que desprecian sin inmutarse su criterio, y aún y así lo acatan. Los que entienden que montar es como escribir, un acto de soledad.
Pero el curro obliga a la socialización. Algunos por necesidad, y otros por devoción.
Porque efectivamente existe ese otro tipo de montador, al que le encanta trabajar en compañía, rehuye la soledad y aboga por largas horas de conversación con los directores.
El montaje se convierte así en un acto de creación compartido y como efectos colaterales, surgen curiosas amistades entre el mundo de la dirección y el del montaje.
3. Con luz o sin luz.
De sala oscura o de sala iluminada... Hmmm... En todas las áreas hay un momento para elegir con o sin sinocon...
En definitiva y para resumir, como los guionistas, los montadores son carne de tópicos. Solitarios, tímidos, trabajan en cuartos oscuros... Y su opuesto: Sociables, extrovertidos, iluminados...
Quien encuentre los de la tierra media entre tópicos y antitópicos... que me lo cuente...