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27 de septiembre de 2012

Mi entendimiento con los Aliens AKA Marcianos



Es muy muy curioso ver relaciones, necesitar ver símbolos y surcar iconografías modernas. La de los Ovnis y los aliens es particularmente nuestra y de nuestra ultima sociedad. Siempre he sido un flipado del Universo, un acolito de los hombrecillos raros que venían de otro planeta y sus naves maravillosas y/o brillantes.

Hace unos años lo entendí todo. Al igual que Stan Lee planteaba en las viñetas de los superheroes de Marvel una analogía con la guerra fría, con la paranoia social, con las necesidades sociales de figuras estandartes y, sobre todo, del pueblo que acaba denostando y culpando al heroe de sus males. Lo mismo pasa con los Aliens. La guerra fría es el catalizador de todo.
No ya, venga, va, Me apasionan los aliens por esa cosa perturbadora que poseen, son outsiders, son gente marciana que viene de otro sitio, forasteros, apestados, los que están tras la valla, tienen un poder indescriptible y son tan parecidos a lo que muchos hemos sido... esto es, Satelites. Por eso es ciertamente perturbador que todos nosotros, los raros en algún momento de nuestra vida nos hayamos sentido hombrecillos grises. Si. lo hemos sido, sin duda alguna, seres de otro planeta, gente difícil, gente que hablaba poco, gente necesitada de circunstancias locas y sugerentes, distintas a lo que les planteaba el día a día, o su circulo habitual.

Por eso AMO  a los aliens, porque despiertan en nosotros esa inmensa sensacion de querer aprender, de descubrir al otro, de la curiosidad, aunque luego nos fusilen con su pistola laser, de fascinarnos ante una abducción inminente. Es la fascinación inocente al ver una luz moviéndose y jugueteando, la inquietud de ver una nave por encima de nosotros y la urgente emoción de seguir mirando, al raro, al deforme, al de ojos avellanados, al de color purpura de piel, al de dedos largos, al que siempre creímos que llevaba una antena imposible, el mirar mas allá, hacia el limite de lo desconocido.

De ahí que siempre me hayan gustado y atraído las personas marcianas, con ojos enrevesados y facciones difíciles, con sentimientos encontrados y con ánimos enérgicos. Todos esos y esas que a priori no entran, si no a la segunda o la tercera. Todos los, honestamente, rarunos y singulares.
Singularidad y magnetismo es lo mismo. Son imanes de irremediable obsesión hipnótica.

Seguiré siguiéndoles, seguiré intentando encontrar respuestas, seguiré siendo un satélite y aunque hable mucho, me seguiré sintiéndo incomodo cuando hay mucha gente delante, sea grupo o audiencia, y hay que reaccionar o hablar.



La ciencia ficción y el fantástico nos gusta porque extrapola lo mas profundo de nuestra cotidianeidad y miedos presentes ordinarios de una manera muy bestia.


Alguien dijo alguna vez que ojala fuéramos siempre jóvenes. Yo digo que ojala todos fuéramos raros y misteriosos como ellos. Nos iría mejor.