El mejor montaje teatral visto por servidor, excelso (5 horas), puro, epico, crudo, fabular, con actores tremendos (la señora Bubis es Dios y Julio Manrique incuestionable)
Una obra del poeta maldito Roberto Bolaño, es como volar entre escombros de muertos y sordidez
Bella y terrible a partes iguales, dividida en 5 Capitulos magistrales...
Y un poco mas de información sacada de algun sitio de la red:
Al morir en 2003 con apenas cincuenta años, víctima de una grave afección hepática, el escritor chileno Roberto Bolaño entró directamente en la leyenda. Poeta y cuentista, su fama se cimenta, ante todo, en dos colosales novelas: Los detectives salvajes y la que ahora -con sumo atrevimiento- adapta Álex Rigola, la póstuma 2666. Dividida en cinco partes, al tiempo independientes y enlazadas, la narración gira en torno a la misteriosa figura del novelista alemán Benno Von Archimboldi y los atroces asesinatos que se producen en Santa Teresa -trasunto de Ciudad Juárez- en la frontera entre México y Estados Unidos, recogiendo en su trama algunos de los más clásicos temas del discurso postmoderno: la historia alternativa del siglo XX (a través de la biografía de Archimboldi), la conspiración y la paranoia (como dice uno de los personajes, en la explicación del feminicidio de Santa Teresa se halla "el secreto del mundo") y la visión del crimen como gran emblema o símbolo de nuestra época.
Álex Rigola ha tratado en su puesta en escena de abarcar lo inabarcable. Inevitablemente, adaptar una novela de estas características obliga a dejar que la novela hable por sí misma. Rigola sale victorioso del envite y nos recuerda a la potencia de montajes similares como la Extinción de Lupa o Los siete afluentes del río Otaz de Lepage. El potente imaginario de Bolaño mantiene sin duda estas cinco partes en pie y al público los abstrae sin parpadear en este descenso a los infiernos ante el que es difícil permanecer indiferente. La adaptación de Pablo Ley -a pesar de un cierto abuso de la narración y del monólogo- mantiene durante cinco horas la atención en lo que sucede en el escenario, localizado con poderosas y contenidas escenografías de Glaenzel y Cristiá. El reparto extraordinario del Lliure destaca a un Andreu Benito polivalente y magistral. Un ejercicio dramático de contención que sirve de homenaje a uno de los autores más importantes de la lengua castellana contemporánea
20 de diciembre de 2008
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